Maltrato y falta de respeto por parte de funcionarios de Migraciones en el Complejo San Ignacio de Loyola con colegas de Diario "El Comercial "

“El hecho es que ningún argentino que se precie de tal debe ser maltratado por este tipo de funcionarios ni ninguno por la sencilla razón de que son servidores públicos”. Una situación innecesaria de tensión vivió uno de los colegas de este diario en el Complejo Fronterizo, San Ignacio de Loyola al registrar el ingreso al país de su grupo familiar. Leonardo Fernández Acosta, de El Comercial, realizaba trámites de ingreso al país cuando uno de los empleados de migraciones planteó un problema con respecto al plastificado de uno de los DNI. Al respecto dijo que: “El Complejo San Ignacio de Loyola, es el acceso viniendo de la república del Paraguay que tiene un puente estrecho de dos manos desde donde se accede a una playa un poco más amplia pero nunca suficiente para las horas pico o días pico de ingreso de personas. El primer trámite lo constituye el egreso del país presentando las documentaciones en migraciones del Paraguay y las correspondientes visas. Luego el paso por migraciones argentina donde el trámite es el del ingreso al país con los documentos del grupo y el vehículo. Estos trámites implican un lapso corto de tiempo al que todos quienes llegan están predispuestos a tomarse”. Agregó luego que: “El hecho es que uno de los empleados del día martes pasado cerca de las 19 horas, después de haber pasado todos los DNI tarjeta por el escaner, le observó a una familiar que el suyo estaba plastificado, a lo cual le respondieron que el Registro de las personas donde lo había hecho tenía la plastificadora dentro de la oficina con esa opción. El empleado insistió con que no podía plastificarse y ante la postura al parecer intransigente de esta persona obtamos por callar para poder irnos”. Relató además que: “El problema surgió cuando aún a pesar de ya tener los datos chequeados de manera automática repartió todos los documentos y retuvo el que estaba plastificado. Se levantó del lugar, como suelen hacer cuando hay algo sospechoso y fue a hablar, con el DNI en su poder, con una aparentemente autoridad jerárquica. La queja no se hizo esperar en reclamo de la devolución de manera inmediata de un documento personal ya que este individuo no tenía ni la autoridad ni motivo alguno para retener el DNI”. Fernández Acosta, dijo después que: “En ese lapso, “un pelado” de manera maleducada nos grita, si quieren quejarse acá está el libro de quejas y nos tira contra el vidrio que los separa de la gente el libro para las quejas. La situación por supuesto se había descontrolado por el abuso de estas dos personas de migraciones. Ante nuestras quejas en la devolución del DNI, otra de las empleadas nos envía un suboficial de gendarmería para decirnos que nos calmemos. Lo gracioso es que le explicamos que no nos devolvía el DNI y que ya lo había leído en el escaner y el gendarme nos dice “tienen razón”. La situación después de varios minutos de falta de respeto, de abuso de autoridad, de inoperancia por parte de estos dos empleados termina con uno de ellos, el que inició el escándalo devolviendo el DNI y repitiendo que el plastificado impide la lectura del escaner lo cual era mentira. Lo leyó al pasarlo la primera vez”. Insistió que: “De hecho habíamos salido con el mismo DNI, escaneado a la salida y a la entrada del Paraguay. Ante la situación ridícula fuera de toda razonabilidad le decimos delante de toda la gente que lo pasara por el escaner para desmentirlo y no lo quiso hacer. Claro ya lo había leído pero prefirió alterar toda una familia vaya a saber porque razón”. Finalmente Fernández aclaró que: “El hecho es que ningún argentino que se precie de tal debe ser maltratado por este tipo de funcionarios ni ninguno por la sencilla razón de que son servidores públicos. Mucho menos poner en estado de sospecha a familia alguna sin razones justificadas que ameriten el mal momento vivido y la situación de nervios”.

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